Nos acercamos a la celebración de las fiestas de fin de año y seguramente ya tienes en tu agenda programadas desayunos, comidas o cenas con tus compañeros de oficina, familiares y amigos. Pero alguna vez te has preguntado de dónde viene la tradición de celebrar con un banquete.

La palabra banquete tal y como hoy la entendemos, proviene del término francés banquet, que a su vez procede del italiano ban-chetto, probablemente referido a los bancos que rodeaban las largas mesas en los ágapes romanos en los que participaban un buen número de personas en los que además todos ellos ostentaban una cierta categoría social. Algunos estudiosos afirman también que el término ágape tiene su origen en la palabra griega agápe, que significa “amor”, a la que simplemente se le cambió el acento para cambiar el significado a “fiesta gastronómica multitudinaria”. San Pablo, en sus cartas a los Corintios se refiere al ágape como término utilizado para las reuniones en las que los primeros cristianos acababan consagrando el pan y el vino.
Sin embargo, la costumbre de celebrar un acontecimiento con comida es mucho más antigua. Gracias a la arqueología se han encontrado vestigios de los primeros banquetes. Hace miles de años en el periodo paleolítico surgió la conciencia “grupal” del ser humano; identificarse y pertenecer a un grupo: familia, tribu, clan. Sentarse alrededor del fuego junto con las personas quienes convivían en la caverna, para cocinar y comer los alimentos que habían recolectado y cazado. Con el tiempo fueron evolucionando como un tipo de ritual y la costumbre fue extendiéndose.
A partir del Renacimiento, los refinamientos de la gastronomía italiana fueron ganando influencia en los círculos más privilegiados, ya que entre ellos se organizaban fiestas culinarias con cierta frecuencia. El tenedor, una pieza muy exclusiva reservada únicamente a las clases más altas, comenzó a extenderse entre el pueblo. El acercamiento definitivo a la cultura gastronómica actual se produjo en el siglo XIX, cuando el crítico gastronómico Alexandre Grimond de la Reynièree impulsó a través de sus escritos a que la costumbre de servir las comidas o cenas por grupos de varios platos servidos a la vez fuera modificada. Reynièree impuso socialmente la fórmula actual de servicio plato a plato, con la que se conseguían grandes ventajas culinarias como la de asegurarse el hecho de comer los platos calientes o fríos, según sus características y sobre todo que el comensal centrara toda su atención en un solo plato, juzgándolo y valorándolo por sí mismo.
