Actualizado: 15 ene 2020
son los tres principios que Carlos Petrini ha buscado dejar en la conciencia del mundo gastronómico.
Slow Food es una organización fundada en 1989 cuyo objetivo es evitar la desaparición de las culturas y tradiciones alimentarias locales y contrarrestar el surgimiento de la comida rápida. La primera idea de la que más tarde nacería este movimiento surgió de Carlo Petrini en 1986, cuando se inauguró una filial de la cadena de comida rápida McDonald’s junto a la escalinata de la Plaza España, en Roma. Esto generó una protesta espontánea que hizo que un grupo de periodistas de diarios locales hicieran una manifestación a través de la organización de un banquete, en el que se pretendía protestar contra la comida rápida e industrial y exaltar el disfrute de una comida fresca, casera y tranquila. Como réplica a la creciente tendencia fast food (comida rápida), decidieron crear una asociación que promoviera el placer de comer despacio, los productos naturales, las recetas locales y el deleite en los sentidos del gusto y el olfato sin prisa alguna.

Desde sus inicios Slow Food se ha convertido en un movimiento global que involucra a millones de personas en más de 160 países, el movimiento promueve una alimentación, buena, limpia y justa para todas las personas en el planeta.
Nuestra comida debe ser sabrosa, elaborada con productos locales y de temporada. Presentando platillos frescos y saludables.
Nuestra comida promueve un estilo de vida saludable, producida preservando la biodiversidad. Sin dañar el medio ambiente, garantizando el bienestar animal y sin dañar la salud.
Nuestra comida busca estar al alcance de cualquier persona, un vínculo de respeto entre la dignidad del trabajo de campo y el tenedor.
Buena comida, limpia y accesible a todas las personas. Celebrando, respetando y fomentando en todo momento, las diversas culturas, tradiciones y el conocimiento culinario.
El llamativo origen de este movimiento, así como sus características y objetivos, lo convierten en uno de los más atractivos de los últimos años y que cada vez está ganando más seguidores entre los productores, los comensales y los restaurantes. La gastronomía de un lugar dice mucho de él, pues se ha construido con lo que proporciona su tierra y se puede ver reflejada la esencia de un país en un plato. Por mucha prisa que tengamos, hay que seguir recordando el placer que supone comer bien.