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Buen momento para compartir y aprender con los niños en la cocina.

La cocina es un lugar fundamental del hogar, ahí no solo se preparan los alimentos, es un espacio en el que toda la familia se une ya sea para compartir un momento familiar o bien participar en la elaboración de diferentes platillos.

Cocinar con amigos y familiares nos brinda grandes beneficios, ya que la cocina deja de ser una actividad tediosa en la que solo se preparan alimentos, es un momento en el que se fortalece la comunicación y en la que cada participante sorprende al grupo con nuevas ideas creativas y deliciosa. Involucrar a los niños en esta actividad puede legar a ser muy divertido y enriquecedor para la familia. Cuando los pequeños se sienten tomados en cuenta para participar en los planes de los adultos se incrementa su deseo por aprender y demostrar de lo que son capaces de hacer, por lo que es muy importante dejarlos hacer sugerencias y permitir que su creatividad aflore.

Ahora que pasamos mucho más tiempo con los niños en casa es un buen momento para aprovechar la oportunidad para que aprendan e incorporen una serie de hábitos de seguridad e higiene sencillos y básicos en la cocina. El Instituto Silestone (plataforma internacional de investigación y divulgación de conocimiento sobre el espacio de la cocina) nos ofrece una serie de recomendaciones y consejos a seguir para que los niños adopten estos buenos hábitos de forma temprana:



  • Caminar siempre con cuidado y comportarse prudentemente en la cocina.

  • No utilizar cuchillos sin supervisión de algún adulto.

  • Usar una tabla de cortar para cortar frutas y verduras no hacerlo apoyándose en la mano.

  • No usar los mismos utensilios para cortar diferentes tipos de alimentos sin haberlos limpiado antes.

  • Prohibir el uso de los aparatos eléctricos propios de la cocina como microondas, tostadora, vitro, etc., sin la supervisión de adultos.

  • Asegurase siempre de tener las manos secas al encender los interruptores.

  • Acordarse de apagar los electrodomésticos al terminar de usarlos.

  • Usar los mangos hacia el interior sobre la barra de la cocina o la mesa.

  • Lavarse siempre las manos antes de cocinar, frotándolas vigorosamente con agua y jabón.

  • Antes de comenzar a cocinar, llevar puesto el delantal, tener el cabello recogido y usar prendas de ropa de manga corta o llevar las mangas enrolladas, para evitar que se enganchen con los mangos de sartenes, ollas, etc.

  • Evitar hacer otra cosa con las manos mientras se prepara comida.

  • Limpiar inmediatamente los derrames que puedan producirse, utilizando papel absorbente de cocina, evitando esponjas o paños de cocina.

  • Desechar los alimentos que se hayan caído en el suelo.



A veces las actividades más simples y rutinarias son las que al final se quedan en los recuerdos de las personas, más aún si se fomentan desde la infancia. La cocina nos da la oportunidad de estrechar lazos en familia, planear comidas y fortalecer la relación con los niños desarrollando su confianza y autoestima.


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